viernes, 25 de julio de 2025

Ofelia

Tu sangre melancólica. Tu muerte que otros han creído dudosa; muerte que yo conozco. Tu sangre entre mis dedos, Ofelia. La canción que cantaba para ti debía durar para siempre. Quise abrirte mi corazón para que vieras la herida siniestra que llevo en él, y me amaras. He criado una flor para verla caer enseguida. Yo la marchité; yo dudé. Te miré y te pensé, pero no te entendí sino hasta que no soportabas el dolor. Al cielo te vas, bella Ofelia, perdida en un laberinto de palabras que no se dijeron, llorando la unión profunda y agitada que nunca fue y, sin embargo, dejó de existir de repente. Te vas y toda la vida es mentira. Yo me vuelvo otra vez a la guerra y a mi destino de cuervo maligno; tú, Ofelia, fuiste el último rayo de sol en el mundo.